No sólo te acordarás de momentos felices de tu infancia sino que, además, la teobromina del cacao y el triptófano de la leche estimulan la síntesis de serotonina y dopamina, neurotransmisores relacionados con el placer y la felicidad.
La carne o las legumbres son alimentos que contienen una buena dosis de este mineral y, al tener adecuados niveles de hierro en nuestro cuerpo, evitamos la anemia que provoca falta de energía y apatía.
No sólo están buenísimas sino que, además, al ser muy ricas en vitamina C, ayudan a que las hormonas de estrés no sean demasiado abundantes en la sangre y favorecen la absorción de hierro.
Esta fruta es rica en potasio, magnesio y carbohidratos, lo que hace que controlemos mejor la ansiedad, ayudando a conciliar el sueño y a estar más tranquilos y felices.
La pasta es rica en carbohidratos de absorción lenta, lo que ayuda a mantener la glucosa en sangre en niveles apropiados, favoreciendo la sensación de felicidad.
Si estamos bien hidratados, mejoramos el funcionamiento físico y mental, que hará más probable que seamos felices. La deshidratación puede llegar a producir confusión, desorientación, ¡así que no olvides hidratarte!
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